La Biblia Dice:

“Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”. Éxodo 1:12 


Tu enemigo tiene miedo. Sabe lo que tienes dentro, ve el gigante en fe que te estás convirtiendo. Percibe que ahora no te dejas manipular por sus frases de terror.

Observa que tu corazón no se escandaliza como antes frente a las malas noticias. Toma su reloj y
calcula el tiempo para que te salgas de tus cávales, te acusan con injusticia y malicia; mientras tú, solo respiras, recuerdas que eres bienaventurado cuando por causa de Cristo te intentan dañar (Mt. 5:11).

 Tu fama en el cielo se multiplica, el Padre te pone como ejemplo ante todos, inclusive ante el mismo infierno, donde también conocen tu nombre pero prefieren no pronunciarlo, de frente saben que no pueden atacarte. Desde el  altar de tu oración intima cada día pones en riesgo y destruyes las estrategias encubiertas que solían ser efectivas e impenetrables.

 Es claro que cuando no recibes respuesta a tu petición no es el tiempo o Dios tiene algo mejor y continúas ocupándote de agradar al Padre. No es que seas perfecto, amas a Dios y su Espíritu te llenó, no estás dispuesto a poner en peligro tu relación con Él. 

El tic tac no se detiene pero no le temes al pasar de las horas, conoces bien que hasta en el último minuto y cuando “hiede ya” Jesús suele intervenir. A muchos le sorprendería, tú lo sabías. Te lo dijo al corazón, el bullicio de la preocupación en otra época te hubiera imposibilitado oírlo, pero ahora eres nueva creatura, naciste de nuevo por medio de Jesús y su Espíritu te revela cada detalle, toda verdad. 

Tu enemigo tiene miedo. Ya él poco te reconoce, hasta tu físico cambió, la gracia de Dios te envolvió. E inclusive, en la opresión eres establecido, creces y te multiplicas. 

Oremos

Señor, no me cansaré de darte gracias por el privilegio de conocerte y pasar de hijo prodigo a hijo que habita en tu casa. Sé que vivir a tu lado trae responsabilidades, pero es nada en comparación a la honra de los que te honran. Yo no tengo razones para temer, Tú cuidas de mí, mi casa y todo lo que me pertenece por heredad a través de Cristo. No hay algo que te haga más feliz como que ocupe el lugar que me diste y crea quien soy en Ti. No daré lugar a ninguna forma de temor porque el único que tiene que tener miedo es el diablo, a quien venció Jesús. Gracias, Rey mio, gracias.Amén. 
Te bendecimos: El temor huyó de ti, pisas firme hacia delante, constante. Con una fe que aplasta al enemigo.

Reto 

¿Qué hizo tu enemigo para oprimirte? Cree que no detendrá tu crecimiento. Vuelve a leer el tema del día pero en voz alta, estas describiéndote, te hablas a ti.



2 comentarios: