Esta es la secuencia de tres temas de Devocional de la edición de febrero |
Lo
que la oración no puede solucionar:
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1.
Sacarte del proceso que producirá mayor peso de gloria,
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria” (2 Cor 4:17). Por más que ores para que Dios
termine tu tribulación de “golpe”, no lo hará. Saldrás de él cuando hayas
aprendido y estés listo para recibir un mayor peso de gloria.
El
peso de la gloria de Dios para ti es mayor que el peso de la carga por tus
problemas actuales, ellos son nada en comparación a lo que Dios tiene para ti.
El proceso de Dios en nosotros es hasta que Cristo venga, pero dentro de ese
proceso hay peldaños que vamos subiendo cuando aprendemos lo que Dios desea
para ese tiempo y cada vez que escalamos aumenta su “Peso de Gloria” en
nosotros.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1:6). El proceso de Dios es su
forma de perfeccionarnos cada día. Cuando decidimos entregarle nuestras vidas a
Jesús, somos justificados, es decir nuestra deuda es saldada por medio de
nuestro Señor Jesucristo delante del Padre; así que podemos acercarnos
confiadamente para ser sus hijos (Ef 3:12). Este no es el fin, es el comienzo
de su obra en nosotros.
Entonces,
alguien podría concluir: “mejor me quedo como estoy porque de todas formas los
problemas nunca se acabarán”. Pero recordemos la parábola de los dos cimientos
(Mt 7:24-27), ambos atravesaron tormentas. Sin embargo, el que estaba en la
Roca que es Cristo, es decir en el proceso, no le hicieron ni “cosquilla”, pero
el que construyó su casa en la arena; sin Dios y a su manera, terminó en la
ruina.
La
Biblia Dice:
“Pedís,
y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”.
Santiago 4:3
Oremos:
Señor,
hermoso eres. Te doy gracias porque esta leve tribulación momentánea produce en
mí un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. Por eso, no quiero evadir
mi proceso, más bien estoy convencido de la necesidad de aprender y crecer a
través de él. Quito toda negación y predisposición, me abro con todo mi corazón
para que obres en mí. Haz como quieras. No podré bendecir a otros sino te
permito tu obra en mí. Está es mi oración: haz tu obra en mí, termina lo que empezaste,
ya no me opongo, me dispongo. Solo te pido tus fuerzas… Las recibo en este
momento en el Nombre de Jesús. Amén.
Te bendecimos: creyendo
que no te detendrás, no volverás atrás y nada te moverá. ¡El peso de gloria te
espera!
Reto: Medita y memoriza: 2 Cor 4:17
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria”. Y lee: Mt 7:24-27
***
La Biblia Dice:
“Y
esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna
cosa
conforme a su voluntad, él nos oye”.
1
Juan 5:14
2.
Qué Dios haga lo que no quiere. Leímos 1 Juan 5:14:
“…que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. La oración no
es un método para decirle qué hacer a Dios. No es la forma para que Dios haga
lo que queremos. Por el contrario, necesitamos alinearnos a sus planes.
¿Cómo
conocer la voluntad de Dios para Él que nos oiga?
Juan
14:26 dice: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en
mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he
dicho”; y 1 Corintios 2:12 “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido”.
El Espíritu Santo le enseña la voluntad de Dios
a aquellos que están atentos a su voz, dispuestos y determinados a obedecer.
¿Cómo
lo demuestran? Buscan al Señor en oración, ayuno y estudian su Palabra. Ahí se
revela el Espíritu. En un corazón que desea conquistar al Padre, que va más
allá de la oración “me”: ¡dame!, ¡bendíceme! ¡Prospérame!... Y cruza al otro
lado, a la profundidad de la oración del deleite: ¡te amo!, ¡te bendigo!,
¡tómame!, ¡vivo para adorarte!...
Dios
NUNCA hará lo que no desea. Sin embargo, si no oramos tampoco hará lo que
planea. Cuando oramos conforme a su voluntad ÉL NOS
OYE.
“Porque
no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas” (Amos 3:7). ¿Para qué revelárnoslo? para que oremos conforme a lo
revelado por medio de su Espíritu: “venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, Así en
la tierra como en el cielo” (Mt 6:10).
Oremos
Padre, oramos por nuestra
ciudad y país. Pon el querer como el hacer en mis hermanos colombianos para que
busquen con sinceridad tu rostro, para
que seamos un pueblo entendido en tu voluntad para saber clamar y ser oídos por
Ti, Señor. Fortalece al que se ha debilitado en la fe, ayuda a tus santos a
conquistar tu corazón. Necesitas una iglesia
que se pare en la brecha por tu pueblo para revelarles tus secretos; tu
perfecta voluntad. Si tu pueblo conoce tu voluntad sabrá como orar y podrás
hacerla real. Haznos intercesores incansables por nuestro país entero. En
el Nombre de Jesús.
Te bendecimos Colombia: Creyendo
que Dios levanta intercesores conforme al corazón de Dios, en cada rincón, a
favor de nuestra nación.
Reto
Encuentra un ejemplo bíblico de
alguien que haya clamado conforme a la voluntad de Dios y verás que Dios le
oyó.
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Lo
que la oración sí puede solucionar:
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La Biblia Dice:
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3
1. fortalecerte durante el
proceso: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me
libró de todos mis temores” (Sal 34:4). Todo cristiano necesita ser
perfeccionado. Dios usará todo lo que está a nuestro alrededor para ello:
situaciones, seres queridos y no tan “queridos”, personas que estén en
autoridad sobre nosotros; lideres, jefes, padres, nuestro conyugue… en fin.
Dios hará como el alfarero con la vasija que no le gusta, la desarmará y la
volverá formar (Leer Jr. 18). Y dentro de ese proceso nosotros no debemos orar
para que se termine rápido, más que eso, necesitamos NO parar de orar (1 Ts
5:17) para recibir las fuerzas del Señor y avanzar. El proceso no es para mirar
atrás, es para buscar más a Dios y aumentar nuestro tiempo de oración y estudio
de la Palabra. Es para hacer un pare y preguntarle al Espíritu Santo: ¿qué es lo
necesito aprender con esto que estoy viviendo? Es una oportunidad para
humillarnos, pedir perdón y reconocer nuestros errores; delante de Dios y los
hombres.
2. Facilitar tu aprendizaje
en el proceso: El gran objetivo del
proceso de Dios es que aprendamos a depender exclusivamente de Él; es decir,
doblegar nuestra voluntad. Dios está más interesado en nuestro proceso de
madurez que en nuestro milagro. ¿Por qué? Porque solucionar o responder nuestra
oración no es un imposible para Él, pero para nosotros será imposible verlo
cara a cara, el día de su venida, si no morimos a nuestra voluntad; porque
conceder nuestra petición está dentro de sus posibilidades, pero el
quebrantamiento de nuestra voluntad está en nuestras manos.
3. Ayudarnos a buscar la guía de Espíritu Santo para tomar las decisiones correctas y
que Dios no se vea obligado a darnos “lecciones extras”. Nuestras decisiones
nos estancarán o impulsarán.
Oremos
Gracias mi
Rey por esta Palabra. Ahora entiendo mejor cómo debo orar para encontrar
solución en Ti. Deseo que por favor me sigas iluminando, conforme a tu voluntad
y eterno amor, en cuanto a esta Palabra. Anhelo que tu intención para mí me sea
revelada, quiero verla, para aplicarla en mi estilo de vida a partir de hoy,
para que tu Palabra cause el efecto para el cual la enviaste. Quita todo
entenebrecimiento o embotamiento mental y espiritual. Te pido por favor que tu
luz alumbre mi entendimiento para crecer. No quiero ver a medias u opaco, deseo
ver con claridad en el Nombre de Jesús, te lo pido creyendo. Te agradezco
porque sé que estás conmigo. Amén.
Te bendecimos: Tu oración halla el favor de Dios.
Reto
“Enséñame
a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen Espíritu me guíe a tierra
de rectitud”. Salmos 143:10
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